LA DIVINA JERARQUIA EN EL TEMPLO DEL DIVINO PADRE

Preparándonos para conmemorar un año más del tránsito del Divino Maestro, todos los hermanos fieles de la Congregación hicimos una vigila que comenzó el Sábado 16 de abril y continuó con los trabajos para hermosear el Templo del Divino Padre, el Domingo 17.

Fue una hermosa experiencia y muy gratificante ver a todos los hermanos cual hormiguitas que trabajaban arduamente en las distintas tareas asignadas.

Esta vez, me tocó trabajar en los jardines, sacando las hojas secas que las brisas del otoño dejan caer sobre la húmeda tierra del Templo del Padre, luego estuvimos regando las plantas y árboles que con alegría reciben nuestro cuidado, se plantaron hermosas flores y se arregló el sector de la gruta del Divino Maestro Jesús.

Es difícil describir, pero se sentía una paz y una serenidad de todos los hermanos. Cada uno con la cara alegre de estar sirviendo en el lugar que habita el Divino Padre Creador.

Al caer la tarde y cuando aún el sol daba sus últimos rayos de luz, estando en el patio delantero del Templo preparándonos para tomar el té, de pronto los hermanos que estábamos en ese lugar vemos el paso maravilloso de la DIVINA JERARQUIA, aleluya!. Era un grupo de no menos de 45 palomitas blancas etéreas con unos visos de color celeste que majestuosas pasaron por el cielo desde el surponiente hacia el nororiente del Templo del Padre. Ellas formaban un triángulo abierto o punta de flecha y suavemente moviendo sus alitas en perfecta formación cruzaron el cielo por sobre nuestras cabezas. Aleluya! Benditos sean!!

Los hermanos dimos gracias una y mil veces al Padre Divino ante tal maravilloso espectáculo. Es una alegría que se siente en el espíritu y muy difícil de describir con palabras terrenas. Esto, sin duda, es una señal de que el Divino Padre Creador está con los hijos fieles que cuidan su Templo y en el cual vivió la Profeta, nuestra amada Madrecita Laura Antonia.

Luego durante la cadena de oraciones vimos el paso de muchas naves de los Maestros y nos retiramos a nuestras casas con el espíritu pleno de felicidad por esta demostración del Padre Divino.

Gracias una vez más al Padre por los siglos de los siglos.